Editorial

eISSN 2007-5057

Investigación educ. médica vol. 2, no. 5, México ene./mar. 2013

La enseñanza de los estudiantes en ciencias de la salud: ¿Podemos poner más atención en el aprendizaje?

Teaching health sciences students: Can we pay more attention to the learning?

"Enseñar no es una función vital,
porque no tiene el fin en sí misma; la función
vital es aprender"

Aristóteles

¡Qué fácil es confundir el proceso con el resultado! Propongo al lector que reflexione sobre las siguientes afirmaciones:

"Los estudiantes de ahora no son como los de antes (léase: como yo), carecen de motivación intrínseca, sólo les interesan las cosas materiales".

"¿Cómo podemos enseñar bien a los estudiantes en el hospital, si no tenemos recursos (tiempo, incentivos financieros y de otro tipo, aulas con equipo de cómputo, videoproyector, entre otros)?"

"Los profesionales de la salud tienen serias deficiencias en habilidades de comunicación, porque el tema no está incluido en los programas de las escuelas (ni en los exámenes)".

¿Son realmente diferentes los estudiantes de los profesores (cuando estos tenían la edad de aquellos)?, ¿es necesaria más motivación intrínseca en los estudiantes de medicina (y en los profesores)?, ¿es posible enseñar bien con recursos limitados (sin Internet, sin una iPad® para cada estudiante)?, ¿es factible resolver los problemas de la práctica médica, incluyendo temas como profesionalismo y comunicación en el currículo? Estas y muchas otras interrogantes no tienen una respuesta sencilla, los retos a que se enfrenta elproceso educativo en países como el nuestro son abundantes y complejos, por lo que es previsible la tendencia natural a racionalizar y simplificar en demasía nuestra encrucijada. Es fácil repartir culpa entre los demás, empezando por los estudiantes (porque no estudian como creemos, deben estudiar y no aprenden todo lo que les enseñamos), continuando con los profesores (los "otros", yo sí hago las cosas bien), los planes y programas de estudio, finalizando con las organizaciones hospitalarias y educativas. ¿Cuántas veces hemos escuchado de profesores o médicos en práctica, que se quejan amargamente de "lo mal preparados" que están los médicos ahora?, ¿es tan difícil darse cuenta que todos y cada uno de los profesionales de la salud y de la educación, que trabajamos en los sistemas de salud y educativo compartimos la responsabilidad de que nuestros educandos aprendan? La frase de Aristóteles que cito al principio de este texto, apunta al corazón de la educación: la justificación de la existencia de las instituciones educativas, es el lograr que los discentes que transitan por sus aulas, aprendan lo necesario para ser profesionales de la salud competentes. Los profesores, los funcionarios, los investigadores, el personal administrativo y de apoyo, los planes de estudio y los edificios mismos, existen todos para dar cabida al acto educativo que debe culminar en el aprendizaje efectivo por parte del estudiante.

En este número inicial del año 2013 de la revista, se presentan trabajos de diferentes latitudes que abordan múltiples facetas de la educación en ciencias de lasalud, todos ellos relevantes para el aprendizaje de pre y posgrado. Son cuatro artículos originales, un trabajo sobre el uso de la educación a distancia por medio de la videoconferencia de ambos lados del Atlántico, otro sobre estilos de aprendizaje (tema de especial interés para la educación centrada en el estudiante), un tercero sobre las actividades de aprendizaje de médicos residentes en los contextos clínicos, y otro más sobre el apasionante tema del maltrato y discriminación a que pueden ser sujetos los estudiantes de medicina, como puede ocurrir en cualquier escenario educativo.

En este número incluimos de nuevo la sección de "Ensayo crítico", que en esta ocasión hace cabal honor al adjetivo de crítico. El Dr. González Guzmán realiza una extensa y profunda disección de algunos de los aspectos más relevantes para el aprendizaje en las ciencias de la salud, cuestionando fuertemente varios de nuestros "usos y costumbres" educativos. Ojalá todos los docentes reflexionen sobre estos mensajes y los incorporen en su práctica, ya que los estudiantes deben gozar el aprendizaje de la medicina (¡y los docentes debemos ser felices propiciando que ocurra el aprendizaje!). También tenemos un artículo de revisión, el Dr. Álvaro Margolis de Uruguay analiza el tema de la educación continua a distancia, fenómeno relativamente reciente que ciertamente merece nuestra atención, y que cada vez adquiere más relevancia en el mundo atravesado por una crisis económica que parece no tener fin.

En el trabajo sobre metodología de investigación, se describe la técnica de los grupos focales y sus implicaciones para la educación en ciencias de la salud. En el contexto actual en que estamos saturados de resultados de encuestas y cuestionarios, es en el mejor interés de nuestra efectividad educativa el utilizar enfoques cualitativos para entender el por qué de las cosas, no sólo los porcentajes relativamente superficiales que con frecuencia arrojan los cuestionarios cuantitativos tradicionales.

En este número tenemos el placer de incluir una editorial invitada del Dr. David Cook, quien es actualmente Profesor de Medicina y Educación Médica en el Colegio de Medicina de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, EUA, y Director de Investigación en Educación en la mismaInstitución. Las líneas de investigación del Dr. Cook son la educación potenciada por tecnología, la metodología y reporte de la investigación en educación médica, el razonamiento clínico y la evaluación y enseñanza de la clínica. Ha desarrollado múltiples cursos en la Web para residentes y estudiantes de medicina, y es uno de los autores más prolíficos y citados en el campo de la educación en línea en medicina. El Dr. Cook, quien es un extraordinario educador además de haber sido "compañero de banca virtual" durante mi formación de posgrado en educación en profesiones de la salud, gentilmente accedió a participar con un comentario sobre el apasionante mundo de la educación potenciada por la tecnología en medicina. Invito al lector a que lea cuidadosamente esta estimulante editorial, escrita por uno de los académicos que más aportes ha hecho al tema en educación médica a nivel mundial.

No es cosa menor que una de las mentes más privilegiadas en la historia de la raza humana, el filósofo griego Aristóteles, haya identificado con claridad que la función vital de la educación no es el enseñar, sino el aprender (sin menospreciar, por supuesto, el gran esfuerzo que hacen todos los días los docentes en hospitales, consultorios y universidades). ¿Por qué entonces, a más de dos milenios de su muerte, muchos de nosotros actuamos como si lo único importante fuera el enseñar?, ¿por qué el esfuerzo y recursos utilizados en el acto de la enseñanza no van aparejados con un esfuerzo similar por documentar que el aprendizaje haya ocurrido? En el más elemental de los ejercicios de rendición de cuentas, le salimos debiendo a los estudiantes y a la sociedad en este aspecto de la educación. Una de las lecciones de los trabajos de este número de la revista, es que los docentes debemos tener siempre presente el mensaje de Aristóteles, desde la planeación de una clase, la impartición de una conferencia, práctica clínica o de laboratorio, hasta cualquier tipo de evaluación, para que el aprendizaje se lleve a cabo en los estudiantes.

Dr. Melchor Sánchez-Mendiola

Editor

Facultad de Medicina, UNAM.

Correspondencia:

Melchor Sánchez Mendiola.

Secretaría de Educación Médica.

Facultad de Medicina, UNAM.

Edif. B 3er piso, Av. Universidad 3000,

Circuito escolar CU. C.P. 04510. México D.F., México.

Teléfonos: 5623 2408, 5623 2409.

Correo electrónico: melchorsm@gmail.com

 

 

Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).

 

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