Pasado y presente en la formación del cirujano general… ¿Un cambio verdadero?
Resumen
A finales del siglo XIX, primero en Europa y posteriormente en América, se inicia la formación tutelar de residentes de cirugía, dando lugar a distintas escuelas y bajo el método de ver, ayudar y hacer, sentando las bases de los actuales cursos universitarios. En México, durante el siglo pasado, se establecen métodos de control de calidad a través de la certificación de los programas académicos y con la certificación y recertificación, por parte del Consejo Mexicano de Cirugía General, de los especialistas formados.
A pesar de los esfuerzos de las distintas instituciones, las funciones esenciales del Programa Único de Especialidades Médicas (PUEM): atención, docencia e investigación, en la práctica, no se cumplen a cabalidad. El panorama epidemiológico en las distintas regiones del país, la variada infraestructura de los hospitales sedes, el bajo nivel de conocimientos o interés pedagógico de muchos titulares y adjuntos de los cursos, y una incipiente actividad de investigación no permiten tener los resultados esperados.
A pesar de todas estas diferencias y obstáculos, los residentes de cirugía siguen formándose con el día a día bajo las indicaciones de sus maestros, viendo como lo hace el residente con mayor experiencia, ayudando en los procedimientos básicos primero, y más complejos después y, finalmente, haciendo los procedimientos hasta desarrollar la confianza y experiencia necesarias para realizarlos de manera independiente.
La piedra angular de su formación sigue siendo el antiguo método de ver, ayudar, hacer, que a pesar de sus claroscuros ha permanecido vigente, demostrando ser eficiente y cumpliendo las expectativas formativas de los nuevos especialistas.