Educación y proyecto vital en un mundo en colapso civilizatorio. Parte II
Resumen
Esta parte II está dedicada al proyecto vital entendido como apreciación de la propia experiencia, que orienta y articula nuestras decisiones, acciones y emprendimientos en la consecución de logros y el cumplimiento de propósitos vitales, el cual suele tener en nuestro tiempo un carácter tácito, desdibujado e individualista fomentado por la educación pasiva, que es sintónico con la degradación extrema y la quiebra civilizatoria en curso.
Se argumenta cómo la educación participativa al dotar al sentido de la vida de poderosos motivos cognitivos: el conocimiento del sí mismo y del contexto, permite a la experiencia vital de los educandos profundizarlo y concienciar la catástrofe civilizatoria y sus raíces, para actuar en consecuencia al asumir proyectos vitales altruistas basados en la lucha por la dignidad propia y ajena, como eje articulador de las prioridades de vida.
El proyecto vital que se propone es una aventura cognitiva suscitada por la educación participativa e influencias análogas, capaz de trascender el individualismo, el consumismo y la pasividad que son los mayores obstáculos en la búsqueda del progreso genuino y de otro mundo posible, donde tenga viabilidad la superación espiritual, intelectual y moral de la condición humana. Tales proyectos suponen un eje rector: la lucha sin término por la dignidad sublimada; una necesidad primaria: vincularse con otras subjetividades afines en la búsqueda de sinergias a contrapelo del orden imperante; una aspiración indeclinable: sociedades incluyentes, pluralistas, deliberativas, igualitarias, justas, solidarias y cuidadosas del ecosistema planetario.